Esta semana, Davos, Suiza, una vez más se convierte en el centro del mundo, o deberíamos decir centro del futuro, y la ingeniería industrial es protagonista central.
El tema de este año, Globalización 4.0: Formando una arquitectura global en la era de la Cuarta Revolución Industrial, desencadena un diálogo crucial para preparar a nuestra sociedad e para un futuro lleno de cambios.
Uno de los principales impulsores del cambio hoy en día es la Industria 4.0. Muchos esperan que tenga un impacto más fuerte en el mundo que el cambio provocado por la primera revolución industrial.
Los desarrollos impulsados por la industria 4.0 están configurando una nueva era y plantean muchas preguntas sobre el impacto de tales desarrollos en la sociedad.
Algunos podrían argumentar que la globalización es el mayor enemigo de nuestro tiempo.
Sin embargo, la globalización no es lo mismo que el globalismo:
Ideología que apoya un orden global neoliberal versus interés nacional.
Esta es la causa real de la insatisfacción, la frustración y la inseguridad, especialmente en la sociedad occidental: no la globalización en sí.
Si bien es cierto que las revoluciones industriales suelen cambiar el panorama del mercado laboral. Sin embargo, esto no debería conducir al desempleo masivo.
El tema que más preocupa a la gente no es el aumento del desempleo , sino los empleos que se ven afectados por las nuevas tecnologías.
Demanda de la ingeniería industrial
El mercado laboral se ha polarizado más. Un grupo de élite capacitado puede usar la tecnología para ser más productivos son los versados en ingeniería industrial.
La polarización del trabajo puede combatirse abordando de manera proactiva la brecha de habilidades en el mercado. Al estudiar tareas es posible comprender cuáles son fáciles de automatizar.
La tecnología innovadora puede conducir a una mejor formulación de políticas, modelos de negocios más sostenibles, nuevos empleos y oportunidades de ingresos.
Para que estos resultados sean más iguales para todos los miembros de la sociedad, se requiere más y mejor colaboración entre todos nosotros.
Resolver algunos de los problemas más apremiantes de nuestro tiempo solo se puede hacer si el sector privado, la academia y el gobierno, pueden adaptarse al cambio. Una educación en carreras universitarias aptas a este nuevo mercado.
Los cambios significativos deberían ocurrir dentro de la infraestructura, la educación, la regulación y la gobernabilidad.
Claramente, esto requerirá coraje, un liderazgo fuerte y el espíritu empresarial.