Hábitos de estudio esenciales para estudiantes

Los hábitos de estudio se pueden aprender y desarrollar con ciertas técnicas. Estos hábitos son importantes para niños, adolescentes, universitarios y adultos que tengan que estudiar con frecuencia, ya que en caso contrario puede ser difícil aprobar los exámenes.

Llega la época de exámenes y piensas que ya deberías haber empezado a estudiar. Sin embargo, todavía te quedan trabajos por hacer, no has podido organizar el material, tienes dudas de última hora…

El éxito académico y la seguridad con la que afrontas un examen depende de tu planificación, de tu organización, del tiempo que has podido dedicar al estudio, de tener un buen material, del control de tu estado emocional…

Distintas investigaciones en relación con los logros académicos y el acceso a mejores trabajos que consiguen los estudiantes universitarios hoy en día, por ejemplo, indican que una falta de hábitos de estudio contribuye de manera notable a obtener malos resultados durante esta etapa.

Los hábitos de estudio son el predictor más potente si hablamos de éxito académico, por encima de la capacidad de memoria o de la inteligencia que uno posee.

Por ello, si quieres sacar el máximo provecho, te animo a que conozcas y te entrenes en hábitos de estudios que potencien tu forma de aprender.

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Estudia con energía y sin hambre

Tener hambre hará que estés distraído y sin energía, haciendo mucho más difícil la concentración. Por ello, es muy importante que hayas desayunado o comido antes de comenzar a estudiar.

Entre otros alimentos, las almendras y las frutas son buenas opciones.

Alternar los lugares de estudio

Si alternas los lugares donde estudias mejorarás la atención y la retención del aprendizaje.

Además, estudiar durante semanas en un mismo lugar puede llegar a ser fatigoso y aburrido. Alternar entre diversas bibliotecas o salas de estudio y tu casa es una buena opción.

Ponerse exámenes de prueba o ficticios

Ponerte preguntas o exámenes ficticios de prueba es mucho más efectivo que subrayar o releer. Estarás preguntándote posibles preguntas y estarás practicando para la prueba real.

Es decir, habrás hecho antes muchos posibles exámenes y el examen real será uno más. Además, probablemente en los “exámenes ficticios” te pondrás preguntas que coincidirán con las del examen real. Cuantos más intentos hagas mejor.

Leer de manera comprensiva

En primer lugar, es importante que leas con atención. Para que tu estudio sea eficaz, debes ser capaz de leer comprensivamente. Ello significa leer lento, profundo y de manera reflexiva.

Además, para un aprendizaje eficaz, debes ser capaz de darte cuenta de cuándo no estás comprendiendo lo que lees, para poder corregir conceptos erróneos. Leer comprensivamente implica profundizar en el contenido del texto, hacerse preguntas y todo ello favorece la memorización del temario.

Todas las habilidades que forman parte de la comprensión en la lectura se denominan “metacomprensión”.

La metacomprensión es el conocimiento que tienes acerca de tu cognición y la conciencia acerca de cómo funciona. Si tu metacomprensión es alta, eres capaz de monitorear tu comprensión lectora de manera efectiva.

Avanzar sin entender lo que lees o memorizar sin comprender puede confundirte y olvidarás rápidamente lo estudiado.

Aprender a planificarte

Es necesario elaborar una planificación si quieres ser efectivo y eficaz en tu trabajo. De este modo conseguirás mayor rendimiento invirtiendo menos esfuerzo.

Cuando planificas tu estudio, tu tarea se resume en adaptar tu trabajo o estudio diario a lo fijado en el plan, de modo que dejas de improvisar sobre qué hacer en cada momento y evitas la procrastinación propia de no hacer nada cuando tienes muchas cosas por hacer.

Con la planificación estás fomentando la creación de un hábito, te permite concentrarte durante más tiempo, evitas la acumulación de trabajo para el último día y te permite ir más relajado.

Hacer una buena planificación durante tu carrera universitaria hará que seas consciente de cuáles son tus capacidades, tus limitaciones (de concentración, rapidez a la hora de estudiar…) y que lo adaptes por tanto a tus características individuales.

No olvides que, en caso necesario, siempre puedes hacer reajustes sobre la planificación. Es importante que sea flexible y rectificable, pero esto no significa que puedas saltártela y luego reorganizarla. Esto debe ser así por si surgen imprevistos.

Además, es importante que seas realista y que la pongas por escrito para consultarla diariamente. Cuando la cumplas, anótalo visualmente para poder verlo.

Establece un calendario en papel y anota ahí cada cosa que sucede. Te permitirá ver a lo largo del tiempo qué te funciona, qué te hace perder tiempo, cuál es el tiempo que precisas para cumplir todas las metas… y te permitirá ajustarte mejor a tus necesidades reales.